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Populismo punitivo

Populismo y derecho constitucional

A la hora de iniciarnos en el estudio del populismo desde el derecho constitucional, el primer problema que se nos plantea es la forma de identificarlo. Con razón se ha defendido que el populismo es una ideología «débil» (Ginsburg y Huq, 2018, p. 82), es decir, que no tiene un cuerpo ideológico claro o definido, sino que se trata de una suma de prácticas, más o menos homogéneas, que abarcan todos los ámbitos ideológicos (izquierda, derecha, nacionalismo, multiculturalismo, etc.). Entre los políticos o movimientos populistas, son prácticas habituales la división de la sociedad entre un «pueblo bueno» y una élite o casta, la identificación del pueblo con el líder populista o el desprecio a los límites del poder de la mayoría.

Desde una perspectiva jurídica, estos factores plantean una serie de desafíos a la estabilidad institucional y al Estado de derecho. Entre otros, se produce una exaltación desmedida del principio democrático que cuestiona la división de los poderes y la garantía de la independencia de los poderes de control (como el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional), se justifica el abuso de la minoría por parte de la mayoría o se cuestiona el pluralismo político y se deslegitima al adversario, lo cual impide llegar a un consenso a la hora de tomar decisiones fundamentales, desestabiliza el sistema e impide su funcionamiento normal.

Puede considerarse que ciertas formas de populismo son consustanciales a la democracia y que es imposible evitar su aparición, ya que el problema radica más bien en encontrar la forma de limitar su influencia (Rivero, 2017, p. 49). Además, cabe tener en cuenta que se trata de una degradación institucional y del Estado de derecho que se produce de forma gradual, por medio de una lenta erosión, sin un punto de inflexión claro y definido (Ginsburg y Huq, 2018, p. 71). Tampoco puede perderse de vista que el populismo no se presenta abiertamente como lo que es, sino que mantiene una apariencia de respeto al Estado de derecho, a la vez que trata de apoderarse de los conceptos y las categorías del constitucionalismo tergiversando su significado (Martinico, 2021, p. 11).

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Para abordar estos desafíos, parece adecuado reconocer como punto de partida que el auge actual del populismo es una respuesta a los problemas sociales y políticos de hoy en día (Rosanvallon, 2020, p. 26). No hay una receta única para frenar el populismo, pero, en general, puede decirse que, para hacerle frente, las democracias constitucionales deben garantizar la independencia de los instrumentos contramayoritarios, evitando su parasitación e instrumentalización, y reforzar la cultura democrática y constitucional (Levitsky y Ziblatt, 2021, pp. 16-17), puesto que, en última instancia, hay que tener presente que «la Constitución no se defiende sola» (Mounk, 2018, p. 266).

Oriol Rodríguez Vidal

Investigador predoctoral de Derecho Constitucional UB

Ginsburg, T., & Huq, A. Z. (2018). How to save a constitutional democracy. The University of Chicago Press

Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2021). Cómo mueren las democracias (G. Deza Guil, Trad.). Ariel.

Martinico, G. (2019). Il diritto costituzionale come speranza: Secessione, democrazia e populismo alla luce della Reference Re Secession of Quebec. G. Giappichelli.

Mounk, Y. (2018). El pueblo contra la democracia: Por qué nuestra democracia está en peligro y como salvarla. Paidós.

Rivero, À., Zarzalejos, J., & del Palacio, J. (Eds.). (2017). Geografía del populismo: Un viaje por el universo del populismo desde sus orígenes hasta Trump. Tecnos.

Rosanvallon, P. (2020). El siglo del populismo. Galaxia Gutenberg.

Bibliografía

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